
Para hablar de competencia, es necesario
hablar de aprendizaje y aprender implica adquirir nuevos conocimientos lo que
conduce a que haya un cambio de conducta; Podría decirse que el objetivo de ese
cambio es alcanzar nuevas conductas que se orienten al logro de metas que se
propone una persona. Ahora bien, llevando esto al plano organizacional, la
persona podría contribuir al éxito de esta siempre y cuando esos logros
personales, estén efectivamente acoplados con las organizaciones.
De la misma manera, las competencias pueden
relacionarse con el desempeño de una persona en un cargo, de allí la
importancia de las competencias gerenciales, las cuales señalan los motivos,
los rasgos de carácter, el concepto de sí mismo y los conocimientos suscitados
por una situación, para solucionar problemas y llegar a un resultado final
exitoso.
Las competencias gerenciales según
Hellriegel (2002) están conformadas por el conjunto de conocimientos,
destrezas, comportamientos y actitudes que necesita una persona para ser eficiente en una
amplia gama de labores gerenciales y en diversas organizaciones.
En la actualidad, en el
trabajo no solo se juzga a una persona por su inteligencia sino también por su
capacidad de manejarse y administrar a otras personas. Las empresas contratan a
personas que suponen son inteligentes, cuentan con los conocimientos técnicos
necesarios para desarrollar su trabajo y además por poseer competencias
gerenciales que las llevarán a un desempeño sobresaliente para la organización.
Las competencias
gerenciales ayudan a las personas a destacarse en distintos ámbitos y en
diferentes puestos, así por ejemplo las personas que trabajan en atención al
cliente deben tener competencias para la auto administración y comunicación, en
otros campos es importante la planeación y gestión y el trabajo en equipo.
Para ocupar un cargo ejecutivo, como el de gerente
general, una persona debe tener una mezcla de varias competencias y no sólo una
o dos, ya que el dinamismo del
mercado obliga a quienes hacen carrera gerencial o aspiran ocupar puestos de
mayor responsabilidad organizacional a adecuar sus competencias en cantidad y
calidad. Entre éstas destacan la organización, el trabajo bajo presión y la
comunicación.
¿Pero de donde nace la
competencia gerencial?
El
desarrollo del modelo de competencias no es algo nuevo.
En la década de
los setenta, McClelland avanza que los conocimientos y el expediente académico,
así como el cociente intelectual, no son buenos predictores del éxito o fracaso
en el desempeño del trabajo. En los años ochenta, Gardner rompe definitivamente
con la hegemonía que tenía hasta entonces las capacidades intelectuales,
desarrollando su modelo de inteligencias múltiples donde se proponen los
siguientes tipos: verbal, lógico matemática, espacial, cenestésica, musical,
interpersonal o social e intrapersonal.
Sobre estas
ideas, Goleman propone su obra Teoría de la Inteligencia Emocional, entendida
como la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos, los de los demás,
motivarnos y manejar de manera adecuada las relaciones que sostenemos con otros
y con nosotros mismos. Por tanto, hoy día se acepta que las competencias
emocionales juegan un papel tan importante, o más, como la clásica inteligencia
racional.
Para que una persona pueda con propiedad
expresar que maneja las competencias gerenciales debe tener:
- Habilidades de dirección, liderazgo, toma de decisiones, gestión de talento humano, planeación estratégica.
- Servicio al cliente: Capacidad para anticiparse a las necesidades del cliente, establecer prioridades basadas en las necesidades del cliente, solicitar retroalimentación del cliente y buscar continuamente incrementar la satisfacción de éste.
- Efectividad Personal: Capacidad para desarrollar relaciones efectivas de intercambio con otros, entender los puntos de vista de otros y crear sinergia para lograr resultados.
- Toma de decisiones: Tomar decisiones sensatas, oportunas y efectivas.
- Trabajo en equipo: Obtener satisfacción personal del éxito del equipo, adaptarse fácilmente a las necesidades del equipo, construir relaciones fuertes con los miembros del equipo.
- Desarrollo de personas: evaluar necesidades de desarrollo, identificar trayectorias adecuadas, entrenar y asesorar el mejoramiento continuo, manejar trabajo en equipo efectivo.
- Liderazgo: Capacidad para influir y cambiar la conducta de otros, destreza en el manejo de grupos, autoridad, distribución de responsabilidades.
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